Monday, January 07, 2008


COLECCION ORO BLANCO
La historia ilustrada del salitre.
Algunas fotos de la exposicion realizada en el gimnasio municipal de la Florida.




Thursday, December 06, 2007

CENTENARIO DE LA MATANZA SANTA MARIA DE IQUIQUE
Los invitamos a rememorar este 21 de diciembre la matanza en la escuela Santa Maria de Iquique. Lo invitamos a descargar esta imagen de internet y reenviarla a sus contactos. Ingrese a Oro-blanco.cl para mayor información.

Thursday, October 11, 2007

TE INVITAMOS A LA EXPOSICION ORO BLANCO A REALIZARSE ESTE 17 DE NOVIEMBRE EN EL EN LA SALA Nº2 DEL GIMNASIO MUNICIPAL DE LA FLORIDA UBICADO EN ALONSO DE ERCILLA 1270, DESDE LAS 17hrs



Fotografias tomadas en la expoisición realizada en la Facultad de Arquitecura y Diseño de la Universidad Finis Terrae

Monday, October 02, 2006


"LOS PUEBLOS QUE IGNORAN SU HISTORIA ESTAN CONDENADOS A REPETIR SUS ERRORES"
George Santayana

Al igual que una persona forja su identidad y su personalidad a través de los años, y su carácter se crea por las buenas y malas decisiones en su vida, a sí mismo la identidad de un país o una región se rigen por los hechos que han sucedido en su existencia.
La clave para entender los procesos de identidad de un país varia en la noción de su trascendencia en el tiempo, el espacio y la cultura.
Nuestro escenario de análisis en Oro Blanco es, ni más ni menos, el lugar más inhóspito del planeta, el desierto más árido del mundo, el desierto de Atacama.
Una de las características principales del desierto de Atacama es el ser un pasadizo, es un ir y venir de personas, existen muy pocas personas que habitan el desierto.
Miles de kilómetros de nada se recorren en línea recta para atravesar este desolado territorio por lo cual, al ser un lugar de pasada, es sumamente complejo el tratar de encontrar una noción de identidad chilena.
Es así como tenemos que mirar hacia el pasado y buscar en la historia esa identidad, ni los indígenas ni los españoles colonizaron las pampas intermedias secas y más extensas que ocuparon el espacio salitrero.
Es aquí donde por un evento netamente comercial se produce la conquista del desierto, y es este el lugar y el momento histórico que va darnos una luz en la búsqueda de la tan olvidada identidad.

Mediante la recopilación y el estudio de los hitos históricos, sociales, políticos y económicos de la historia salitrera y, después de releer las versiones históricas existentes, se pretende con Oro Blanco mostrar una nueva interpretación de la historia del salitre. En esta interpretación, la cual utilizará diferentes instrumentos del diseño, como el dibujo manual, el dibujo vectorial, la sobreimpresión y el diseño de información, se pretende ilustrar (dar luz) los hechos tal como sucedieron. Estos hitos, seleccionados con el fin de mostrar a los chilenos una parte de una historia poco conocida, serán expuestos según su relevancia y trascendencia. Los hechos serán expuestos lo más fielmente posible, retratados con anexos de poesía nortina, cantos locales y párrafos de libros seleccionados, se adjuntaran imágenes, ilustraciones y fotografías realizadas por el autor para que el espectador pueda reconocer esta historia que lleva años cubierta de polvo.

El proyecto Oro Blanco lo compone una exposicion itinerante que recorrera diferente regiones del pais en ella se exiben un serie de 12 afiches (70 x 50cm), cada cual con un reverso donde se narra un episodio de la historia del salitre y se muestran fotografías. También se diseñaron 12 gigantografías en las cuales, mediante el diseño de información, se pretende acercar esta historia, con lujo de detalles, al pueblo chileno.
Además se desarrollará una exhibicion que recopilara las pruebas, los croquis, los vestigios encontrados, las anotaciones y las historias recopiladas por el autor.





REVOLUCION INDUSTRIAL

Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

La actividad salitrera tendió un puente entre el siglo XIX, marcado por la Revolución Industrial, y el siglo XX de la modernidad.
Este proyecto nació y fue financiado por las potencias mundiales del momento: Inglaterra y Estados Unidos, ellos son los que se vieron más favorecidos con la extracción del salitre chileno.
Casi la totalidad de la Revolución Industrial inglesa es financiada con el dinero ganado en la pampa nortina. El desarrollo de los ferrocarriles y la fundación de puertos son hechos que ponen de relieve la ocupación de territorio desplegada para la explotación industrial del desierto de Atacama.

Capitales ingleses, americanos, chilenos y europeos contribuyeron al desarrollo de las oficinas salitreras. Los sistemas industriales utilizados fueron: el sistema “Paradas”, el “Shanks”, (cuyo origen se remite a la máquina a vapor, del siglo XIX) y el sistema industrial Guggenheim.
A partir de 1925 se incorporaron capitales y tecnología norteamericanos responsables de la fundación de las oficinas Maria Elena y Pedro de Valdivia, las últimas “ciudades del nitrato”, las que utilizaban el sistema Guggenheim.

Definición “Oficina salitrera”:
Asentamientos concebidos como medio de producción, buscando máxima concentración de capital y trabajo necesaria para la extracción y procesamiento de los recursos, todo esto obviamente, al menor costo posible.
Garcés Feliú; Las Ciudades del Salitre,(1999)



Gigantografia 1.80 x 3.30 mts




CEMENTERIO DE PUEBLOS

Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

Pampa Union
Niños jugando entre las tumbas
Carcomido el silencio, carcomido
Hasta el aire de rostro solitario.
Veo correr la sombra de otros niños
Con la muerte gloriosa de sus harapos
Andres Sabella

La mortalidad fue enorme en la pampa salitrera, la mortandad infantil ascendía a un 60% en el período de lactancia. La causa principal fue la inadecuada alimentación y la ignorancia de las madres, aunque un factor muy influyente fue la inhumana calidad de las habitaciones pampinas. Construidas con planchas de hierro, alcanzan a veces temperaturas mayores de cuarenta grados para descender a menos cero grados por la noche.
El alcoholismo, la tuberculosis, las enfermedades venéreas, los accidentes del trabajo y el desgaste físico excesivo causaron gran cantidad de muertes en las filas de los obreros y, entonces, como generales que piden refuerzos para llenar las bajas después de una batalla, los salitreros enviaban al sur agentes de enganche que reclutaban con el incentivo de los grandes jornales lo más granado de nuestra juventud obrera y campesina.

Un velero trajo ilusiones
De verdes esperanzas
Que intentaron colorear
Estas extensas pampas

Pero el oro blanco
Que fue la atracción
Cambio su precio
Y también la ilusión

Quedaron aquí cuerpos secos
De tanto sudar
Y este suelo regado
Por tanto llorar

Los gemidos de pena
El viento los llevo
Y el sol calcinante
Este suelo seco

Nunca más en el pueblo
se pudo escuchar
la pesada carreta
con caliche pasar

Ningún otro niño
En sus calles jugó
Y nunca otra risa
En sus casas se oyó

Más tu sangre
En mi sangre quedo

Anónimo



Gigantografia 1.80 x 3.30 mts





LA VIDA EN LOS BUQUES
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

“Del sol terrible de mediodía y del frío glacial de las noches, y más que nada de esos tierrales eternos que, arremolinados y ásperos, se metían por las hendijas de sus pensamientos espolvoreándoles de arena el recuerdo de sus lejanos valles verdes”.
La Reina Isabel Cantaba Rancheras. Hernán Rivera Letelier.

Aisladas unas de otras se alzan las oficinas salitreras que, miradas desde la distancia parecen, con sus altas y humeantes chimeneas y sus alargadas construcciones, inmóviles, buques varados en la mitad de la pampa.

Las oficinas son muy semejantes entre sí. Su estructura se divide en tres sectores: primero están las maquinarias, instalaciones donde se elabora el salitre; después las oficinas de la administración, casas de los jefes o empleados, pulpería, fondo y bodegas, y por último los buques, o sea las construcciones destinadas para viviendas de los obreros, sus familias y las prostitutas. Fue en este lugar donde se generó la vida cotidiana del caliche, mientras los hombres trabajaban en la pampa las mujerzuelas escuchaban canciones rancheras, pasando la resaca de la noche anterior. El calor infernal y el polvo no las dejan respirar, porque el desierto no les da tregua ni tampoco descanso.

“Separados cien o más metros de las otras instalaciones, el campamento es en casi todas las Oficinas una serie de viviendas construidas de un modo tan simple y rudimentario, que una ruca araucana. Los muros, techumbres y paredes divisorias de estas habitaciones están formados de planchas de hierro galvanizado sujetas por armaduras de madera. El piso es de tierra salitrosa y el techo tiene la altura suficiente para que un hombre de regular estatura pueda estar de pie. Carecen de ventanas, y la luz exterior penetra por la única puerta que da a una callejuela que es al mismo tiempo patio, corral y depósito de basuras. Obscuras, sin ventilación, parecen más bien un cubil de bestias bravías que moradas de seres humanos.”
Conferencia de Baldomero Lillo en la Universidad de Chile en 1908.

“Las largas corridas de casas adosadas, idénticamente iguales una con la otra, y esas enmuralladas ciudadelas en donde los amontonaron hasta diez por camarote, les oprimían el corazón en una espantosa ansiedad carcelaria.”
La Reina Isabel Cantaba Rancheras. Hernán Rivera Letelier.



Gigantografia 1.80 x 3.30 mts




EL NACIMIENTO DE LA CLASE OBRERA

Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

La vida del trabajador salitrero fue un ejemplo para toda la sociedad, fue una exposición de desarrollo y potencia tecnológica que escondía una historia de esfuerzo y sacrificio humano. Miles de familias dejaron sus vidas y sus historias en la pampa nortina.
Una contribución específica de las oficinas salitreras es el haber dado inicio a una nueva clase social en Chile, la clase obrera ve su nacimiento aquí, en las entrañas del desierto.
“El Despertar de los Trabajadores” fue el primer diario impreso y publicado por trabajadores, fue la primera voz del obrero y su creación es en este periodo salitrero en la ciudad de Iquique (1902).
Los trabajadores venían tanto de pueblos altiplánicos como de puertos y de ciudades del sur, atraídos por las promesas de altos salarios y las mejores expectativas de vida en un mundo industrial y moderno. Pero al llegar al desierto, el lugar donde habrían de trabajar, en la mitad de la nada, se encontraron con una realidad bastante diferente:

“Los que no desertaron el mismo día de su llegada lo hicieron al recibir su primer día de paga. Simplemente no pudieron resistir un paisaje en donde no hallaron sino soledades sin coto y una tristeza trazada por calles como sumidas en el sopor de una siesta perpetua.” Hernán Rivera Letelier. La Reina Isabel Cantaba Rancheras.

La utilización de fichas en vez de dinero para el pago de sus labores, validas solo dentro de las oficinas en que se emitían, el hacinamiento en los camarotes y la falta de condiciones básicas de subsistencia hicieron de la vida del trabajador salitrero un acto de sobrevivencia.
Cabe mencionar que es aquí donde nace el concepto de vivienda social.

Vende el "huasito" sus vacas,
sus caballos ensillados
porque dicen que en el Norte
ganan plata a puñados.
P'al Norte me voy, me voy
p'al Norte calichero
donde seré un caballero,
de bastón y de "tongoy".
Canción popular en la época de los enganches




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PAMPA CALICHERA
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

La historia de las salitreras es una historia de heroísmo y abandono, es una muestra de la capacidad de explotación y de la avaricia del hombre. Para la extracción del salitre se construyeron puertos, estaciones ferroviarias, ciudades abastecedoras e industrias extractoras, todo esto en medio del desierto más árido del planeta. Por el salitre se libraron guerras, se conquistó un desierto y muchos dejaron sus huesos en la pampa.

Diariamente los obreros comenzaban sus labores de madrugada para trabajar sin descanso bajo el sol furioso de la pampa salitrera. Alrededor de las tres y media de la tarde se suspendían las labores, ya que a esa hora los rayos del sol eran tan ardientes que era imposible continuar su esforzado trabajo. A continuación un extracto de la conferencia de Baldomero Lillo después de su visita a las salitreras en 1908.

“…Abandonan entonces sus agujeros y se arrastran hacia el campamento. Y llegados allí se encuentran que su vivienda es un respiradero del infierno, debido al calor condensado por las planchas de zinc, añádase a esto los olores nauseabundos que salen de los rincones donde se amontonan basuras y desperdicios, y se tendrá un cuadro bien poco halagüeño del hogar del obrero en la pampa salitrera.”

El auge y caída de la explotación del salitre dejó a nuestra región regada de ruinas que llenan la pampa y sus caminos. No fue una época romántica como la retratan algunos nostálgicos, fue una época brutal y desaforada, llena de excesos y extravíos. La región se pobló con los frustrados sueños de los que llegaban atraídos por las promesas de fortuna y sólo encontraban sacrificio y, muchas veces, la muerte.
La historia del salitre es la historia del hombre que persiste a pesar de todo, del hombre que hace lo imposible por cumplir sus deseos y es capaz de convertir un desierto en un oasis de metal pero, sobre todo, es la historia del hombre que convierte su necesidad en esperanza.
Es el nacimiento de un imperio dedicado a extraer nuestras materias primas para generar abono que hacía brotar los cultivos en los campos alrededor del mundo y, paralelamente, la pólvora para el armamento utilizado en la Primera Guerra Mundial. Es así como llenaron sus bolsillos de dinero ganado con el esfuerzo de miles de chilenos que no vieron ni un peso de esta titánica empresa.


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ESTACION BAQUEDANO
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

El pueblo de Baquedano se constituyó en un importante nudo ferroviario, cruce vital del ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, y de la línea ferroviaria longitudinal que unía casi la totalidad de las oficinas salitreras y los puertos de embarque, es por eso que junto a ella se construyó la más grande ciudad salitrera llamada Chacabuco y la ciudad de bares y prostíbulos, Pampa Unión.

Los ferrocarriles iniciaron su desarrollo con la inauguración, en 1851, del ferrocarril de Copiapó a Caldera, a cargo del norteamericano William Weelwright. A partir de esta iniciativa proliferó el tendido de redes ferroviarias tanto en el norte como en el centro y el sur del país. La culminación de este proceso se produjo en 1913 con la ceremonia de unión entre las secciones norte y sur del ferrocarril longitudinal.
Cabe mencionar que en esa época no existía ningún otro lugar en Sudamérica con tal cantidad de kilómetros de rieles conectados, ni tampoco existía la cantidad de maquinas y la tecnología que ahí se utilizaba.

Luego de la invención del salitre sintético por parte de los alemanes, se generó la ruina de las oficinas salitreras y, como consecuencia, de las estaciones de ferrocarril. Todavía se encuentran tendidas en el desierto las líneas ferroviarias, y Baquedano sigue en pie, con sus maquinas en pausa, parte del recorrido de la carretera se encuentra a un lado de los rieles salitreros.

Una calle no más y una veleta:
caballito de palo de los vientos.
Pájaro solitario, el sol se quiebra
contra el hombro plomizo del desierto.
Andrés Sabella
(1912-1989)




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LA MATANZA DE SAN GREGORIO
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

Ante el anuncio del cierre de la oficina salitrera de San Gregorio, a comienzos del mes de febrero de 1921, un grupo de obreros decide permanecer en ella hasta el pago de su desahucio, evento que nunca se realizaría.

"Desde días atrás los obreros de la Oficina de San Gregorio manifestaban que no abandonarían esta oficina sin previo desahucio y sin seguridades de encontrar trabajo. Estaban los obreros esperando la respuesta cuando el miércoles 2, al amanecer, llegó una tropa, compuesta de 20 hombres, al mando del teniente Argandoña. Los trabajadores, temerosos de ser masacrados y expulsados a viva fuerza, enviaron comisiones a las distintas oficinas de la Pampa solicitando la cooperación personal de sus compañeros. Estos se encaminaron a la Oficina San Gregorio y el jueves 3, al mediodía, se concentraron allí mil trescientos trabajadores. Avisadas de este hecho, las autoridades enviaron nuevos refuerzos de tropa. A las cinco y media de la tarde del mismo jueves 3, los trabajadores reunidos se presentaron al administrador, don Daniel Jones, quien los recibió acompañado del teniente Argandoña, del Regimiento Esmeralda, y del teniente Gaínza, del destacamento de carabineros. Veinte pasos antes de llegar a la administración, el teniente Argandoña, ordenó hacer alto, lo que los obreros no aceptaron, estimando irracional la orden. En vista de esto, el teniente Gainza hizo fuego y el teniente Argandoña ordenó también hacer lo mismo. Mientras la tropa de veinte soldados y ocho carabineros hacía fuego, algunos obreros los imitaron avanzando sobre ellos. Los soldados huyeron haciendo fuego en retirada. Indignados los trabajadores al verse masacrados, lincharon al teniente Argandoña y al cabo Faúndez, únicos militares que cayeron a sus pies; también fue ultimado el administrador, don Daniel Jones. Entre los trabajadores se calcula en sesenta el número de muertos y en un centenar los heridos. Este resultado prueba que los trabajadores carecían de armas de fuego...”
Album Desierto
El sábado bajaron algunos trabajadores de San Gregorio y cuentan que allá quedaron unos diez obreros amarrados por la cabeza, las manos y las piernas con alambres sobre una baranda, soportando en esta forma constantemente golpes de fusiles.




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EL REY DEL SALITRE
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

La explotación industrial inauguró la condición productiva del Norte Grande a partir de la primera exportación a Europa (julio de 1830). Las garantías establecidas para los industriales chilenos del salitre que operaban en el litoral fueron derogadas por el gobierno de Bolivia. De este modo se trasgredió el Tratado de 1874 y se inicio la Guerra del Pacífico el 14 de febrero de 1879, la cual duraría hasta 1881, culminando con la entrada del ejecito chileno a Lima. Algún tiempo antes, en 1875, Perú había procedido a la expropiación de las oficinas salitreras de Tarapacá, entregando bonos que, a raíz de la guerra y la derrota peruana, resultaron cada vez más desvalorizados.
Surgió entonces la figura del inglés John Thomas North quien, al saber de la eventual reprivatización chilena una vez concluida la guerra, se hizo poseedor de los bonos correspondientes a los mejores terrenos y oficinas salitreras por un valor ínfimo.
Cuando los decretos del gobierno chileno de 1881 y 1882 entregaron las oficinas salitreras a los poseedores de los bonos, North se convirtió en el “rey del salitre”

La condición monopólica de las empresas de North en la región de Tarapacá, y en particular el control del privilegio ferroviario de la Nitrate Railways Co. Ltd., lo llevaron a un enfrentamiento con el presidente José Manuel Balmaceda (1838-1891).
El rol que jugó el estado chileno durante el período fue solamente de recaudador de impuestos.




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LA MATANZA DE SANTA MARIA
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

El inicio de esta confrontación entre trabajadores y la fuerza pública se remonta a las protestas y reclamos de los obreros de varias empresas salitreras, las cuales les negaron el derecho a que se les pagara un sueldo de acuerdo a un cambio estable en vez del injusto sistema de fichas.
Los trabajadores también solicitaron un aumento del salario, ya que este no les alcanzaba para alimentarse. Al no ser tomados en cuenta, exigieron que les facilitaran los medios para volver al sur del país, desde donde ellos habían viajado. Ante una nueva negativa a sus demandas, los trabajadores decidieron declararse en huelga, a la cual se plegaron rápidamente obreros de otras oficinas salitreras (12 de diciembre de 1907). Los mineros entregaron a las compañías un pliego de peticiones, el cual fue rechazado.
Los obreros se concentraron en la Plaza Manuel Montt, en Iquique, utilizando carpas armadas de forma provisoria. El resto de la multitud, entre la cual también había muchos peruanos y bolivianos, ocuparon los grandes espacios de la Escuela Santa María, que se ubicaba a lo largo de todo un lado de la plaza. En total, se calcula que se reunieron entre 8 mil y 10 mil hombres, mujeres y niños. Para evitar que siguieran llegando más trabajadores a la ciudad, las autoridades dispusieron la detención de aquellos que viajaban con ese objetivo.
“Los trabajadores no quisieron ir al Club Hípico, debido a que pensaban que iban a ser bombardeados en el camino por los cañones de los barcos que estaban apostados en la bahía. Sin embargo, el general Roberto Silva Renard y el coronel Sinforoso Ledesma insistieron al comité de los obreros y los amenazaron con disparar si no desocupaban el recinto. En efecto, las tropas abrieron fuego contra los miembros del comité, ante la sorpresa de los obreros. Luego, el resto de los uniformados ingresó a la escuela con ametralladoras, matando a los hombres, mujeres y niños que se hallaban adentro. Sobre la cantidad de muertos no se estableció una cifra definitiva, aunque se cree que fueron entre 500 y 2.000. El resto de los sobrevivientes fue llevado a la Pampa y se les impuso un régimen de terror”.
Esta huelga tiene trasciende en la historia de Chile porque marcó el fin de la niñez política de los trabajadores chilenos; habría que luchar organizada y sindicalizadamente para lograr sus objetivos.



Gigantografia 1.80 x 3.30 mts





PAMPA UNION
Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

El norte minero de Antofagasta y Tarapacá forman una clase desconocida en nuestra historia.
“Es un ambiente frenético, cuna de la conciencia del individualismo capitalista, frente a las concepciones tradicionales del resto del pais. Un nuevo tipo de sociedad, sin arraigo colonial, sin encomienda o latifundio, más liberal en sus concepciones, más realista en su conducta, iba surgiendo allí, al borde de la pampa”.
Eugenio Pereira, Guión Cultural del siglo XIX

Entre 1860 y 1870 comenzaron las actividades salitreras en el norte de Chile, los principales cantones de la región eran El Toco y el Central.

Cantón Central
El cantón Central estaba situado en el valle que se interna desde Antofagasta a hacia Calama con una extensión de 90 km. El cantón quedaba definido al poniente por la estación y pueblo ferroviario de Baquedano, y al oriente por la estación y pueblo de Sierra Gorda. Dentro de este cantón se destaca Pampa Unión, como ciudad de servicios, estación y pueblo.

Las oficinas pertenecientes al cantón central era las siguientes, de poniente a oriente:
Sargento Aldea, Francisco Puelma, Carlos Condell, Blanco Encalada, Aurelia, Chacabuco, Carmela, José Santos Ossa, Ausonia, Agustín Edwards, Leonor, Cecilia, Arturo Prat, Aníbal Pinto, Candelaria, anita, Luisis, araucana, Angamos, Perseverancia, Curicó, Filomena, Aconcagua y Lima.

Cantón El Toco
El cantón El Toco comprende el Llano de la Paciencia por el sur, la Pampa del Miraje al centro y la Pampa Negra por el norte, en una extensión total de 100km.
Las oficinas pertenecientes al cantón El Toco eran las siguientes: Iberia, Gruta, Prosperidad, Rica Aventura, Buena Esperanza, Empresa y Toco en la Pampa Negra; Maria Elena, Coya Sur y Vergara más al sur, en la Pampa del Miraje. Finalmente, en el Llano de la Paciencia, se encuentra la oficina Pedro De Valdivia.


“Después de guardar las herramientas y quitarse el polvo del traje, el obrero sale de su casa y se dirige a la fonda, en la que permanece hasta la noche entregado a sus pasiones favoritas: el juego y el alcohol.
Al día siguiente, a las tres o cuatro de la mañana, está otra vez en la pampa ejecutando su pesada tarea.
Fatalmente, irremisiblemente, el obrero busca en el alcohol, no el tósigo que le haga olvidar sus miserias, sino el cordial que restaure sus fuerzas y el estimulante que entone su ánimo decaído. Y es para él tan necesario este estimulante, que si las bebidas alcohólicas se suprimiesen en la pampa sin cambiar sus actuales condiciones de vida y de trabajo, los trabajadores emigrarían en masa sin que bastase a detenerlos el alza de los salarios y aunque los jornales se duplicasen o triplicasen”.
Conferencia de Baldomero Lillo en la Universidad de Chile en 1908.




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PUERTOS SALITREROS


Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

Costa del norte, azul y luminosa,
sedienta bajas del desierto ardiente
refrescar tu boca calurosa
con el beso del mar recio y ferviente.
Eva Aguila

Casi la mayoría de los puertos de importancia conocidos en la actualidad nacieron debido a la explotación del salitre.
Los puertos salitreros en el litoral eran Iquique, Tocopilla, Antofagasta, Mejillones, Caleta Coloso, Pisagua y Taltal.
Aquí el salitre era embarcado y llevado a su comercialización en Europa y Norte América. A continuación un pequeño extracto del diario de viaje de Charles Darwin cuando investigó el puerto de Iquique:

"Echamos el ancla en el puerto...la villa, que tendrá unos mil habitantes, está situada en un llano de arena al pie de un gran muro de rocas, que se eleva a una altura de 2000 pies y que constituye la costa. Nos encontramos en un verdadero desierto. Una vez cada siete u ocho años, llueve por espacio de algunos minutos... Nada tan triste como el aspecto de esta ciudad; el puertezuelo con sus insignificantes barcos y su grupillo de casas miserables está en total desproporción con el resto del paisaje y parece aplastado por éste.
Viven los habitantes como si se hallasen a bordo de un buque; todo tienen que llevarlo desde muy lejos; el agua la traen en barcos de Pisagua; situada 40 millas al norte; y se vende a nueve reales el tonel de 18 galones: una botella de agua que he comprado yo, me ha costado 30 céntimos. Tienen también que importar la leña para la calefacción y por de contado todos los alimentos.
Al día siguiente de llegar me proporcioné, con mucho trabajo y al precio de cien francos, dos mulas y un guía que me condujesen al lugar en que se explota el nitrato de sosa. Esta explotación constituye la fortuna de Iquique. Comenzó a exportarse esta sal en 1830, enviando a Francia e Inglaterra en un año por valor de 10,000 libras esterlinas. Se emplea principalmente como abono, pero sirve también para la fabricación del ácido nítrico."



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LA GUERRA DEL PACIFICO

Afiche 57, 5 x 74,5 cm impreso en Papel Expression Praire

La causa inmediata y decisiva de la guerra entre Chile y Bolivia fue la transgresión, por parte de esta última, del Tratado de Límites vigente entre los dos países desde 1874. El impuesto que el gobierno de Bolivia impuso a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, infringiendo lo estipulado en el Tratado, precipitó el conflicto bélico ya que, al negarse la Compañía al pago del gravamen, el gobierno boliviano ordenó el embargo de sus bienes, su venta en subasta pública, y posteriormente, la reivindicación de las salitreras mantenidas por la Compañía. La reacción del gobierno chileno fue la ocupación del puerto de Antofagasta, hecho ocurrido el 14 de febrero de 1879.
En el mes de abril de ese año la guerra fue declarada por una parte, entre Chile y Bolivia, y por la otra entre Chile y Perú. La intervención peruana en el conflicto tuvo su origen en el Tratado de Alianza suscrito entre ese país y el del Altiplano en 1873. Las operaciones militares fueron llevadas a cabo hasta la entrada de las fuerzas chilenas en la capital peruana en enero de 1881, liquidándose posteriormente los últimos vestigios de resistencia.
Antes de iniciarse la Guerra del Pacífico, más del 50% de las sumas invertidas en la explotación del salitre de Tarapacá eran capitales peruanos; el capital chileno ocupaba el segundo lugar, ocupando el tercero y cuarto los ingleses y alemanes. Además de estas naciones, contaban con inversiones dentro de la industria algunos productores italianos, españoles, bolivianos y franceses, en orden de importancia.
A fines del siglo XIX, alrededor del 60% de la industria del nitrato estaba controlada directa o indirectamente por las sociedades anónimas que tenían su asiento en Londres. En los años siguientes, sin embargo, se observó un incremento de inversiones chilenas y alemanas, llevando así a la declinación de la preponderancia de la influencia inglesa hasta quedar en proporción con la chilena en la primera década del siglo XX. En 1912, y considerando la producción conjunta de las dos provincias, Tarapacá y Antofagasta, los intereses chilenos representaban cerca del 40%, mientras que el 60% seguía en manos de otras nacionalidades. La exportación superaba los dos millones de toneladas por año.



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